Llevamos ya un año con el blog y casi dos años realizando un servicio personalizado y continuado en un espacio físico como es la OPJ… pero estoy segura de que muchos/as de vosotros/as se preguntan que para qué, para qué todo esto, para qué llevar a cabo programas de participación juvenil, para que destinar los dineros en asuntos de dicha índole, para qué formar a mediadores/as, técnicos/as y demás profesionales en esta materia, para qué ocupar el tiempo en cómo implementar programas de participación, para qué asesorar sobre proyectos e iniciativas, para qué queremos llegar a los municipios más pequeños de la Región, para qué hacernos un hueco en los institutos, universidades, si con las asignaturas que tienen que aprobar y las extraescolares tienen de sobra, para qué impulsar que personas con intereses comunes se relacionen y formen eso que se llama “asociación”, para qué propiciar espacios donde jóvenes legalmente constituidos o no, se conozcan, intercambien experiencias y sepan que hay algo después del tuenti, para qué elaborar proyectos con la única finalidad de acercar la realidad de jóvenes de distintos países con el denominador común de la tolerancia y el respeto mutuo, para qué despertar un interés en los demás por lo que nos rodea, para qué ofrecer distintas maneras de que un/a joven sepa valerse por sí mismo/a, para qué potenciar el aprendizaje a través de la experiencia, para qué escuchar a un grupo de jóvenes con mil y una inquietud pero que no saben cómo darle forma, para qué dar respuesta a las necesidades que se nos manifiestan, para qué elaborar guías, redactar artículos, informes sobre la educación para la participación, para qué asistir a jornadas, cursos y seminarios especializados en este tema, para qué reciclarse, para qué ir congresos, foros de debate y otros espacios a difundir nuestro trabajo y extender nuestra filosofía e intercambiar con los demás, para qué traer a expertos protagonistas que están llevando a cabo programas de emprendimiento social en algún punto del mundo, para qué creer que con tu aportación y con tú dedicación puedes conseguir que esa persona tenga su propio criterio, emita su propio juicio de valor, y tenga su visión personal sobre el mundo y tener un poquito más claro de qué va todo esto, para qué fomentar la autocrítica, para qué apostar por el cambio, para qué creer en la educación como herramienta transformadora, para qué dar visibilidad a las actuaciones que en materia de juventud se realizan tanto en nuestra Región como en cualquier otra parte, para qué reconocer las tareas que realizan muchas organizaciones juveniles, para qué propiciar espacios de diálogo y reflexión entre políticos, profesionales y jóvenes, para qué acercar la realidad asociativa a la sociedad, para qué desarrollar valores de ciudadanía y democracia entre las personas jóvenes, para qué incorporar a la juventud a los procesos de toma de decisiones, para qué hacer más accesible el acercamiento entre los/as jóvenes y la política, para qué acercarlos/as a la cultura, para qué motivarles, para qué darles voz en las radios locales, para qué iniciarlos en procesos asamblearios, para qué implicarlos en la vida diaria, para qué enseñarles a funcionar en grupo, para qué transmitir la importancia del respeto mutuo, para qué hacerles responsables de sus actos, para qué apoyar actuaciones intergeneracionales, para qué dar cobertura a la visión del mundo que cada joven tiene, para qué hacer que un /a joven se sienta útil, para qué hacer que se sienta querido/a, para qué educar por el compromiso, para qué fomentar su capacidad de plantarle cara a las situaciones adversas, para qué enseñarles que tras una caída hay que levantarse (cueste lo que cueste), para qué aprender de los errores, para qué asumir riesgos, para qué apostar por los procesos organizados, para qué potenciar sus cualidades, para qué generar autoconfianza, para qué enseñar cómo se piden las cosas, para qué propiciar su autonomía, para qué formar a agentes transformadores, para qué dar protagonismo a los verdaderos protagonistas de su propio aprendizaje, para qué enseñarles lo que “hay detrás de una farola de la calle encendida”, para qué estar en su transición hacia la vida adulta, para qué generar cauces de participación alternativos, para qué esta oficina, para qué este blog, para qué este artículo, para qué?
Isabel Guerrero Campoy
Coordinadora de los programas Zona Joven y nueve.e.
Oficina de Participación Juvenil
Institutito de la Juventud de la Región de Murcia.
5 comentarios:
Isa, me ha gustado tu reflexión, pienso que los y las que trabajamos con la juventud somos muy necesarios, abrimos muchas puertas en los/las jóvenes y por eso tenemos que seguir luchando por ellos y ellas que son el futuro de nuestra sociedad.
Como Educadora Social, debo decir que tenemos que educar a este colectivo a lo largo de todo su desarrollo personal y social.
Por lo que pienso que oleeeeeeeee, estáis haciendo una labor muy importante. GRACIAS
Retomando la pregunta de tu reflexión, ¿para qué todas a acciones? Creo que el concepto de participación para muchos resulta demasiado abstracto ya que pasa mucho tiempo antes de que los resultados de nuestro trabajo sean tangibles. Realizamos acciones hoy, para ver sus frutos mañana.
Es muy difícil evaluar cuando un joven traspasa la línea de la pasividad para convertirse un agente activo en su comunidad. Existe incluso dificultad para definir el concepto y muchas veces es entendido de forma distinta incluso por profesionales que trabajan en el mismo campo. La sociedad no acostumbra a trabajar con lo abstracto y además es un término con el que si no estás familiarizado, parece que es difícil de entender... ¿cuántas veces nos hemos encontrado con caras de perplejidad cuando le hemos explicado a familiares y amigos en qué consiste nuestro trabajo? cuando nos preguntan esperan una respuesta tangible, algo claro y concreto, así que se quedan desconcertados con nuestras respuestas. Por esto, aunque tu cabeza esté llena de valores, estrategias y acciones , al final lo único que queda claro es que "te los llevas de excursión" y "les haces talleres"....al final el que quedas desconcertado eres tu.
Mi pregunta es: ¿no es paradójico que un concepto que afecta a tanta gente y que es totalmente necesario en la sociedad en la que vivimos para que sea realmente democrática, sea un total desconocido? en fin...
Los que nos dedicamos a esto ya sabemos que no se valora la repercusión en las personas que tiene nuestro trabajo. Ahora solo se fijan en el número y con eso basta. Prefieren hacer un concierto al que vayan 500 jóvenes (que está muy bien, pero que se acaba en el mismo momento que termina) que programas estables que tienen una incidencia crucial en los jóvenese y su formación. Así nos va.
Saludos.
Estoy seguro Isa de que cada una de las personas que lea tu reflexión y que trabaje en el ámbito de juventud, se ha hecho, se hace y se hará muchas de esas preguntas y otras distintas prácticamente todos los días.
Es indudable que trabajar con jóvenes requiere una gran implicación personal, como comprobamos, por ejemplo, en cada una de las aportaciones que compañeras y compañeros hacen a este Blog. Y la respuesta a tu pregunta, la han venido dando todas y todos ellos de distintos modos, pero en una misma línea: "porque me gusta lo que hago", lo decía Lucía en su aportación de este mes a nuestro/vuestro Blog sin ir mas lejos.
No es quizás una respuesta a la cuestión que planteabas pero si una pista que aportan aquellos quienes habitualmente sirven el "plato" de la participación y a quiénes, en muchas ocasiones y a pesar de su esfuerzo, se les queda frío.
En cualquier caso, me da la impresión de que se diversifican esfuerzos y que por parte de los diferentes servicios hay cierto interés en guardarse para sí una importante cuota de "comensales" a la hora de servir el plato de la participación. Mientras que trabajando conjuntamente, aunando criterios, metodologías o fomentando el trabajo en espacios educativos, formal y no formal; estoy convencido de que se lograrían mejores resultados.
En fin, "bon apetit" compañeras y compañeros.
José Angel
Nada de esto se ve. Luego viene el listo de turno y dice que en su pueblo no se hacen estas cosas que no valen para nada y que es mejor hacer otras que se notan mucho más: conciertos, talleres inservibles, viajes a port aventura, etc...Así nos va. Así está el nivel en algunos lugares y luego dirán que los jóvenes son unos incultos y que no quieren hacer nada, pues a pulso os lo estáis ganando.
Animo a todos los que estáis en la educación no formal que algún día se reconocerá la labor ingente que hacéis. Los de la educación formal podrían tomar buena nota.
Besos.
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