07 abril 2010

TEMA DEL MES: ACLARANDO TÉRMINOS: LO QUE ES, ES Y LO QUE NO ES, NO ES

... En el saco de la participación se mete todo, se confunde todo y así es muy difícil trabajar ...


Tenemos claro que no se puede luchar contra muros bien anclados que confunden términos todos los días pero nos debe de quedar, al menos, el derecho al pataleo.

En el saco de la participación se mete todo, se confunde todo y así es muy difícil trabajar.

¿Es participación las actividades en donde los jóvenes no intervienen en su gestación, puesta en marcha, planificación, gestión, ejecución o evaluación? NO.

¿Es participación lo de las redes sociales, tal y como se utilizan ahora (facebook o twenti)? NO.

¿Es participación lo que hace un grupo de gente constituyendo una organización para buscarse la vida sin tener en cuenta la dinámica de funcionamiento orgánico de una asociación? NO.

¿Es participación apuntarse un día a recoger basura del monte? NO.

¿Es participación pertenecer a una asociación y no haber ido nunca a una Asamblea, reunión o Junta Directiva? NO.

¿Es participación una actividad organizada por una entidad a la que la gente se inscribe y es usuario de la misma? NO.

¿Es participación el trabajo que hace un voluntario atendiendo a una persona mayor dos veces por semana? NO.

¿Es participación irse de viaje en un intercambio del programa Juventud en Acción porque te has apuntado cuando salió la convocatoria? NO.

¿Ir a un concierto es participación? NO.

¿Ir a un campamento es participación? NO.

¿Un usuario de un servicio es un participante de dicho servicio? NO.

¿Ir a pedir información a un servicio es participación? NO.

Participante, al fin y al cabo, es aquel que durante cualquier parte de un proceso puede dar su opinión y ésta pueda ser escuchada y debatida, así de simple. En definitiva, poder tomar parte en el proceso de toma de decisiones sobre una cuestión, programa, actividad, gestión, etc…

Profundizando en el tema abordaríamos dos planteamientos diferentes:

1. Programas de participación. Aquellos en donde el protagonismo en cualquiera de sus partes lo tienen los jóvenes que tienen la posibilidad de proponer, cuestionar, cambiar, discutir y acordar todo aquello referente a la actuación que se está llevando a cabo. Hay muchos ejemplos en este blog, en el apartado correspondiente podéis encontrar buena muestra de ellos.
2. Metodologías participativas. Aquellas que se pueden llevar a cabo en cualquier programa, actuación, gestión, dinámica, proyecto, actividad, reunión, etc…Cualquier intervención puede ser motivo de implantar metodologías participativas con el objetivo de implicar y dar la oportunidad de que dicha acción se convierta en algo propio.

En definitiva, estamos participando en una actividad cuando formamos parte, de alguna manera, en la organización de la misma y en cualquiera de sus apartados. Si somos tres y formamos una asociación para buscarnos la vida y organizamos actividades con el objeto de sacar una contraprestación por la misma, siempre podremos decir que es una actuación enmarcada en el tercer sector pero no somos, por mucho que nos empeñemos, algo participativo y claro, si una de las esencias de la participación, las asociaciones, pierden su valor participativo ¿para qué las queremos? Forman parte de un sector económico más pero sin valor alguno para la promoción de la participación social de los ciudadanos.

Pensemos en un grupo scout que funcione bien. Si dentro del grupo los jóvenes tienen reuniones durante todo el curso para preparar su campamento y elegir el lugar, las actividades, la intendencia, etc… estarán completando un sistema participativo que propicia su interés por la actividad y la hará suya. Por el contrario, cuando un joven se apunta a un campamento y se entera del programa de actividades que tiene que realizar cuando llega al lugar de ejecución, podrá ser muy divertido, fantástico, lo que queramos, pero no lo llamemos participación porque no lo es.

Ahora parece que se va a acabar el mundo con la utilización de las redes sociales entre los jóvenes y se nos presentan como la nueva panacea universal de las políticas de juventud, se hacen congresos y jornadas y todo aquel que se precie hará algo en esta materia; pero al día de hoy sólo son un patio de vecinos en donde cada uno retrata las cosas de su vida diaria y procura enterarse de los chismes de los otros y se ha convertido en un vehículo importante de comunicación entre adolescentes pero, por ahora, no de participación social.

Para muestra de por donde van los tiros os comentamos lo que un profesor (¿?) de un curso de formación sobre gestión de asociaciones se le ocurrió decir a sus alumnos: “montar una asociación es fácil, lo puedes hacer con dos amigos más, aunque ellos no estén metidos, así podrás tener un CIF para facturar y ofrecer servicios socioculturales”. Pues eso, así nos va. Lo que se considera uno de los pocos cauces de participación social del ciudadano convertido en un proceso participativo de uno consigo mismo y con sus clientes, siempre y cuando estos paguen por dar un servicio.

Mientras tanto que los jóvenes estén inmersos en los asuntos de la comunidad (lo más fácil y menos costoso que existe) nos sigue pareciendo de ciencia ficción.

5 comentarios:

Equipo de profesionales en materia de participación juvenil de Nivel 3 Gestión Sociocultural dijo...

La lista de muchas de las acciones que hoy día se identifican con participación sería interminable si nos ponemos minuciosos.

Por eso mejor quedarnos con la delimitación que en el artículo se hace de qué es un proceso participativo en estado puro y lo realmente sencillo que es en la base, para lo extraño que resulta su existencia en la práctica.

¿Cuál es el problema entonces?

Hay cierto “miedo” en dejar que los jóvenes elijan los designios que van a guiar los programas, servicios o actividades que les tienen como destinatarios. Y por el contrario, existe cierto gusto por imitarles en cuanto a la puesta en marcha de ciertas prácticas utilizadas por ellos habitualmente, efectivamente me refiero al uso, como señala el tema del mes de este Blog, de las redes sociales, las que un joven usa para comunicarse por otros jóvenes. Y cuyo uso por parte de los servicios y programas juveniles no deja de ser un poco artificial, porque efectivamente son una herramienta extraordinaria, pero si les saturamos, si les bombardeamos o si tratamos de imitar su lenguaje no estamos fomentando un proceso participativo, más bien estamos entorpeciéndolo.

José Angel

Equipo de profesionales en materia de participación juvenil de Nivel 3 Gestión Sociocultural dijo...

La experiencia de nuestros programas nos dice que si incorporas a las personas jóvenes al proceso de toma de decisiones, de gestionar ellos mismos lo que han decidido llevar a cabo, de equivocarse o de conseguir el objetivo, de evaluar el resultado, etc… estamos “haciendo participación”.

Por eso desde aquí apoyo a todo aquel profesional que trabaja en este ámbito que ponga en marcha metodologías participativas dentro de sus programas o que se aventure a la realizar un programa de participación juvenil, desde aquí (la Oficina de Participación Juvenil), apoyamos todas las iniciativas participativas y asesoramos si es necesario…

De verdad, no tener miedo a dar ese protagonismo al verdadero protagonista de las actuaciones. No olvidemos que nuestro rol es el de acompañamiento, asesoramiento, motivador, el de guía, etc.

Isabel Guerrero

Anónimo dijo...

Y si es tan barato porqué no se hace??? No será que no se necesita dinero pero sí esfuerzo y respaldo politico para poder hacerlo???

Sin nombre pero agradecido por el blog

Mayte dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mayte dijo...

Ufff...vaya temita más complicado y vaya confusiones que crea la palabrita...
Si buscamos sinónimos de participación encontramos palabras como: Colaboración, Intervención, Cooperación, Contribución, Aportación, Suscripción, Reciprocidad..., es decir, en acciones que implican la intervención de una persona en alguna de las partes de esta acción, pero siempre en nuestra mente cuando pensamos en participación se piensa en asistencia a esta actividad y no en participación activa en esa actividad o un asunto determinado. A menudo pensamos en participación en términos numéricos y no en lo que aporta a los jóvenes que asisten a ella.
Si realmente queremos trabajar la participación activa tenemos que tener muy claro el objetivo de lo que hacemos para saber hacia donde dirigir nuestras acciones. Si queremos poco a poco formar a ciudadanos con mente críticas capaces de desenvolverse, gestionar los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades y tomar parte en la vida comunitaria, está claro que tenemos que estudiar mediante qué canales y qué metodología lo podemos hacer con los recursos que tenemos. Si simplemente queremos que pasen un buen rato con otros jóvenes sin más trascendencia, pues la metodología es muy distinta...pero ojo, pueden venir cientos de jóvenes a esta actividad y aún así, no podemos hablar de participación.
En fin...espero no haber rizado demasiado el rizo...
Un saludo
Mayte