"Vivimos con una guerra de denominaciones en el mundo de la animación sociocultural ..."
¿Qué somos los animadores? Temas para el debate.
Vivimos con una guerra de denominaciones en el mundo de la animación sociocultural (a mí me sigue gustando llamarla así) por la cual una variada gama de profesionales del sector lucha por decir que esta es mi parcela, como si esto fuera el sector agrícola o el de las telecomunicaciones. Aquí no deben existir parcelas, ni corporativismos, ni lucha de cuerpos docentes. Nuestra razón de ser son los destinatarios de nuestras intervenciones y no las intervenciones en sí.
Recuerdo que siempre me decían que esto de la animación es muy ingrato y que el auténtico animador ha de ser aquel que tenga muy claro que su objetivo es hacer funcionar a un grupo de forma autónoma y cuando lo consiga ha de desaparecer y huir de cualquier protagonismo.
No se debe esperar el reconocimiento. Como basemos nuestro trabajo en eso, estamos arreglados y, en definitiva, no sabemos muy bien donde estamos. Nuestra recompensa está en ver cómo unos chavales con los que trabajamos tiempo atrás y nadie daba un duro por ellos, verlos convertidos en ciudadanos interesados por lo que les rodea, no hace falta que sean ingenieros aeroespaciales, sólo buenos ciudadanos. Ese sí es nuestro mérito, pero debemos de ser conscientes que es un premio que se vive de forma personal y que te da las suficientes fuerzas para seguir adelante. ¿Y si no es suficiente con ese sentimiento personal? Pues tenemos un problema y lo mismo es que no sabes donde te has metido.
Monitores, directores, animadores, mediadores, educadores sociales, trabajadores sociales, psicólogos, pedagogos, maestros, incluso abogados reciclados, diplomados en relaciones laborales, todos dentro de la animación sociocultural y unos a otros diciéndose los que sí pueden trabajar en este mundo y los que no y mientras parece que lo menos importante son los destinatarios. Pues mire, oiga, pues no. A mí ustedes, todos en conjunto, me importan un pimiento. Lo que tienen que ser es buenos profesionales y que tengan claro qué supone trabajar en esto de la animación sociocultural. Sí, se trabaja fuera de horario, fines de semana, responsabilidad extrema cuando trabajas con menores, nulo o escaso reconocimiento social (aviso a trepas) y encima que nadie de tus amigos entienda lo que haces. Todos creen que te dedicas a hacer jueguecitos con los jóvenes y que esto no es un trabajo, más bien un hobby por el cual te pagan algo pero no es un trabajo serio. Y por más que lo expliques, no lo van a entender y al final dirás cuando te pregunten en qué trabajas: - cosas para jóvenes-.
Lo mismo la culpa la tenemos nosotros, que desde que este invento se puso en marcha seguimos sin tener un órgano que represente a la profesión y no sólo a colectivos corporativistas que restan importancia a los destinatarios para dárselo todo a los profesionales y eso en el sector maderero a lo mejor vale, en este no, sobre todo si te dedicas a la intervención con personas de forma directa y no a escribir artículos y publicaciones en un despacho, como única herramienta de tu trabajo.
No se trata aquí de seguir con el debate absurdo de los teóricos y los prácticos. Son dos cosas complementarias y que se necesitan mutuamente de forma continua. Un práctico sin formación teórica no sabe lo que está haciendo, y un teórico sin formación práctica, tampoco.
Todo esto forma parte de un debate más amplio y que alguna vez debería de abordarse de forma sincera y seria. Pero debemos de tener claro que si vamos a hablar de animación sociocultural, es decir, de trabajar por la dinamización social de las personas, lo importante es analizar métodos, contenidos, situaciones, sectorialización y lo de los horarios, reconocimientos, títulos, etc…es también importante, sí, pero secundario.
Si buscamos la burocratización del sector, una guerra de titulaciones entre profesionales, marcaje de horarios y estipular taxativamente las obligaciones, podrá ser muy bueno para los trabajadores pero eso habrá que conjugarlo con los intereses de los destinatarios ya que si no es así, no sé qué estaremos haciendo ni si sabremos dónde hemos elegido trabajar.
A partir de aquí todo es debate, todo diálogo, hecho, por otra parte, inherente a este mundo de la animación sociocultural.
PD: Recordatorio sobre las características de un dinamizador de grupos:
- No juzgar.
- Huir del poder de referencia.
- Evitar el protagonismo.
- Saber escuchar.
- Eludir las preferencias personales.
- Ser flexibles.
Y tú, ¿las tienes?
Pd: Hace bien poco, una animadora con años de experiencia me comentaba que la dificultad en poner en marcha programas de participación no es por parte de los jóvenes, que se acostumbran con el hábito de hacerlo, sino de nosotros, los profesionales, que no estamos dispuestos a que un grupo de chavales nos digan lo que quieren hacer porque no los creemos capaces y somos nosotros quienes tenemos que marcarle directrices a los pobrecitos que no saben.
5 comentarios:
Me gusta el artículo porque refleja el trabajo que hacemos muchos animadores con grupos de niños y jóvenes y porque, creo, que debemos de adaptarnos a ellos y no al contrario. Pero soy consciente de que otra gente no está por la labor y sino ahí tenéis a las administraciones, sobre todo los ayuntamientos, abriendo los servicios por la mañana donde no hay ni un joven para que lo puedas atender porque todos están estudiando, trabajando o buscándose la vida. Parece que estos servicios están hechos para que trabajen los funcionarios pero no para el destino que se supone han de tener. Demasiadas incongruencias, además, nadie quiere trabajar después de las 20 h. ni los fines de semana. En fin, un sin sentido más.
La historia de Juan Palomo:
Trabajo en un centro de información juvenil en horario de mañana. Suelo atender a unos 5 jóvenes a la semana (los desocupados que no hacen nada y que vienen a dar una vuelta en su jornada habitual de desocupación). Cuando he planteado abrir el servicio por la tarde mis compañeros funcionarios se me han echado encima como para comerme y me he tenido que callar. Y me planteo: ¿Y para qué estamos aquí? Aún no lo sé. Hay alguien por ahí que me de la respuesta????.
Un desesperao que se esperaba que esto era otra cosa.
Yo empecé a trabajar como animador, casi por casualidad, a raíz de pertenecer a diversas asociaciones y colectivos.
Me lo propusieron y me dije "adelante".
Desde entonces hasta ahora, puedo presumir de seguir en este mundillo, suscribo al 100 % lo relatado en artículo, especialmente en lo que al nulo reconocimiento social y total desconocimiento por parte de tu entorno de lo que haces.
Por si sirve de algo y de forma poco ordenada voy a hacer un rápido ejercicio de memoria, a modo de glosario de tareas que en este tiempo he desempeñado:
animador = organizador de reuniones, eventos o actividades varias; limpiador; asistente a charlas, cursos y seminarios útiles e inútiles; técnico de sonido; redactor de programas y proyectos; chapuzas; conserje; camarero; presentador; mediador en conflictos; encargado de protocolo; orientar a jóvenes; hacer notas de prensa; monitor; responsable de voluntarios; guía turístico, y sobre todo mucho escuchar y hablar con gente. A ésto sé que seguro puedo unir un montón de experiencias otr@s compañer@s.
Aun así no somos santos, ni lo pretendemos, supongo que simplemente nos gusta lo que hacemos.
Salud y ánimo campañer@s.
No estoy del todo de acuerdo, soy educador social y nos ha costado mucho conseguir llegar donde estamos, (profesionalizarnos, implantar la carrera en Murcia, etc), y no es el mismo trabajo el que realiza un animador, o monitor que un educador Social. Sí es verdad que el ámbito es el mismo, pero no realizamos las mismas tareas y debemos de defender nuestra profesión.
FDO: Un fiel seguidor del blog
Estimado fiel seguidor del blog. Yo también estoy de acuerdo contigo pero he de decirte que ser digno en la profesión no consiste sólo en reconocimiento social y profesional.Hay mucha gente que lucha hace muchos años por que esta profesión (no sólo la de educador social) tenga el status que merece. Además, has de reconocer que viendo los contenidos de la carrera de E.S., los animadores socioculturales tocan bastantes más palos que los educadores y si no dime: ¿cuanto tiempo dedica E.S. al mundo del tercer sector (indispensable en este ámbito), cuanto a la democratización cultural de las personas, cuanto a metodologías de intervención con jóvenes, niños, mayores, mujeres, etc..? Todo eso tenéis que aprenderlo fuera de la E.S., como cualquier otro animador, sin distinción alguna.
En cualquier caso, muchas gracias y espero que sigas participando y mostrando tu opinión que seguro nos enriquecerá a todos.
Un saludo.
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