01 diciembre 2009

TEMA DEL MES: QUERER, PODER, SABER

TEMA DEL MES: QUERER, PODER, SABER

Querer, poder, saber.
Es el tema que a modo de editorial propone el equipo de redacción de este Blog para este mes de diciembre.

Querer, poder, saber. Tres palabras claves enunciadas por el profesor Manuel Sánchez Alonso en su libro Metodología y práctica de la participación. Para él, sin la confluencia de las tres no se produce el hecho de la participación. La ausencia de alguna de ellas en distintos procesos juveniles puede llegar a dar manifestaciones interesantes y altamente recomendables pero…no sería participación.

En la primera aparición del blog, junio 09, ya hicimos una referencia a estas tres palabras pero creemos que no está nada mal reincidir en ellas.

Es necesario centrar el debate y aquí caben todas las opiniones y en este caso vamos a dar la nuestra que se corresponde, en gran medida, con la que titula este artículo, pero con un matiz.

El querer.

Para que se produzca la primera premisa de la participación, el querer, es indispensable que se esté motivado para implicarse en una tarea en común. La motivación puede venir por distintos caminos pero el hecho es que tú quieres intervenir en un proceso determinado (constituir una asociación, pertenecer a un grupo, acudir a una manifestación, estar motivado para ir a depositar tu voto, implicarte con unos amigos en arreglar tu barrio, reunirte para sacar un proyecto adelante…. Cuando “obligamos” a jóvenes a que estén en una charla, a que se vayan de acampada por narices, a que estén en una actividad por que hay que conseguir un número determinado de usuarios, etc…podemos llamarlo como queramos pero en ningún caso que ese grupo de jóvenes está ahí por libre iniciativa.

El poder.

Una vez que se quiere, debemos poder implicarnos en un grupo o estructura. Ese grupo o estructura te debe permitir que formes parte del proceso de toma de decisiones, bien porque orgánicamente así está estipulado bien porque el grupo permite esta práctica democrática. Aquellos que estéis interesados en saber si podéis participar en una organización, tenéis un procedimiento para saber si esta estructura os va a permitir poder participar o no. Si es una asociación que os interesa estar, cuando lleguéis a inscribiros le decís que queréis ser socio de número. Si os ponen muchas trabas sabréis que sólo quieren voluntarios y no participantes. Es indispensable para que hablemos de participación que puedas expresar tu opinión y que esta sea tenida en cuenta y sobre todo y muy importante, que en un proceso de elección, si quieres, puedas elegir y ser elegido.

El saber.

Participar no va introducido en nuestro código genético ni el sistema educativo ha sido propicio para que nuestra educación sea participativa. Es necesario aprender y para ello es importante que estemos acostumbrados a trabajar en equipo, a negociar, a llegar a acuerdos…en definitiva a conocer y practicar un conjunto de habilidades para poder expresar, en las mejores condiciones posibles, lo que pensamos ante un grupo. Nuestra falta de experiencia o formación en este sentido hace que nuestra participación no sea todo lo efectiva que podría ya que o somos anulados por alguien con más experiencia o nos anulamos nosotros mismos.

Estos tres procesos básicos son elementales para que podamos hablar de participación. Para nosotros, además, sería interesante introducir un cuarto elemento: la motivación. Este no se realizaría como un proceso interior sino como un conjunto de técnicas que debemos emplear los profesionales de juventud para ayudar en la participación.

La sociedad actual no ofrece a los jóvenes unas herramientas claras de participación. La potencia del consumismo hace que nuestras armas para facilitar la participación se queden como una gota en un océano en comparación con todas las ofertas que reciben los jóvenes a través de la publicidad y los medios de comunicación.

¿Y porqué los técnicos debemos de esforzarnos en tratar que los jóvenes participen? Una sociedad sin participación, no vertebrada, sin que los ciudadanos puedan organizarse según sus intereses y dejando que la participación se remita a depositar un voto cada cuatro años, corre muchos peligros y puede que lleguemos a dejar nuestro sistema democrático sin legitimidad. ¿Imagináis unas elecciones donde sólo voten el 30 % de la población?

Como todo, la participación se trabaja, se entrena, se práctica y es necesario que se remuevan todos los obstáculos para que quien quiera hacerlo, pueda y sepa. Lo demás, como os decíamos, puede estar bien, pero, por favor, no le llamemos participación.

1 comentario:

Jose dijo...

¿En cuántos de los supuestamente procesos participativos que existen hoy día está inmerso un joven aunando esos cuatro conceptos?
Mejor aun, ¿cuántos de los canales abiertos a la participación inciden en todos esos aspectos?
Actualmente muchos jóvenes si que participan, pero generalmente a cambio de algo: un viaje, un afán de protagonismo, una excedencia en mis obligaciones como estudiante, una promesa de un futuro emergente, etc. Y rara vez son ellos quiénes buscan esos "premios" sino que les son ogrecidos como "caramelo" para su participación.