Los procesos en temas de juventud.
Juan F. Berenguer Martínez.
Si la vida es un proceso ¿porqué no va a serlo todo aquello que la rodea? Si los programas de juventud tuvieran como destinatarios a las piedras podríamos abordarlos de forma diferente pero mientras que sus principales protagonistas sean las personas jóvenes no dejarán de ser un proceso.
¿Y a qué viene todo este rollo a manera de introducción? Pues simplemente para intentar explicar que las prisas, lo puntual, el activismo y la falta de reflexión no han de estar presentes en nuestro trabajo diario como técnicos.
Ahora vendrán muchos de vosotros, quizás con parte de razón, que muchos Concejales cometen estos “errores” porque lo que desean es que se hagan muchas actividades. Nuestro papel será ponerles encima de la mesa, con razonamientos y apoyados por experiencias que están saliendo bien, que se puede trabajar de otra forma.
En algunas ocasiones nos podemos sentir impotentes cuando vemos que nuestro trabajo de años se reduce a la nada y hemos construido poco ya que ejecutamos un montón de actividades inconexas entre sí, incoherentes y que tienen su principio cuando comienza la actividad y su final cuando esta acaba. Y punto.
Los programas estables que se comprueben que son aceptados por los jóvenes y que tienen su rentabilidad social, son los que pueden dar a una institución la continuidad necesaria ya que de ahí saldrán otras ideas y la formulación de distintas intervenciones en materia de juventud.
Es normal que algunos responsables políticos quieran hacer muchas cosas y rápido ya que tienen poco tiempo para ponerlas en marcha, pero tenéis que tener en cuenta que la mayoría no están formados en temas de juventud y ahí es donde entramos nosotros para ponerles sobre la mesa distintos proyectos y actuaciones que, en base a los presupuestos que tengamos y a la estructura disponible, puedan realizarse de forma óptima. No podemos quejarnos si no proponemos nada y dejamos que digan lo que quieran sin manifestarles nuestra opinión técnica. Así, hacemos un flaco favor a nosotros, a ellos y lo más importante, a los jóvenes del municipio.
No podemos reducirlo todo a la realización de un buen número de talleres a lo largo del año, a dos cursos de formación, a la semana joven y a algún concierto que otro. Además de eso, se pueden hacer otras cosas que nos den a nosotros y a nuestro departamento una estabilidad de actuaciones que conlleva trabajar con grupos de jóvenes de forma casi diaria y nos permitirá estar al tanto de la auténtica realidad de nuestro municipio.
Además, siempre será mejor trabajar sabiendo lo que tenemos que hacer y en base a un programa de actuación que hacerlo a salto de mata. Es necesario que lo que hagamos esté recogido en unas bases de actuación que hayan sido aprobadas por los responsables políticos y a partir de ahí haremos nuestro trabajo, con unas pautas aceptadas por todos. Sólo así conseguiremos que esto no sea una arrancada de caballo y parada de burro (¿se dice así o es al revés?).
Nosotros (en la Oficina de Participación Juvenil) hemos tenido suerte. Hace tiempo se plantearon los programas que estamos llevando a cabo: uno va a cumplir 10 años, otro 6 y los más recientes 2 y 1 respectivamente. El apoyo ha sido máximo e incluso cuando se estaban cociendo y nadie los conocía sabíamos que estábamos actuando bien. Ahora, están dando sus frutos y obteniendo un reconocimiento total, no sólo en nuestra Región sino en otros puntos de la geografía española.
No se pueden prevenir las drogodependencias con una charla, no se dinamiza a la población juvenil con un curso, es imposible promocionar la salud con una campaña puntual, no se aprende a escalar con una salida de fin de semana, no se promociona la música entre los jóvenes con un concierto y así tantas cosas. Todo ha de estar siempre en algo que abarque un sentido mayor. Hemos de dejarnos de poner los objetivos en los papeles para pasar a cumplirlos. En cualquier actividad que se realice, por sencilla que sea, hemos de saber qué queremos conseguir y que eso es más importante que la actividad en sí. Actividades juveniles hay a miles, lo que importa son los objetivos que pretende. Lo demás es activismo, vistoso, sí, pero en la mayoría de ocasiones, un esfuerzo inútil.
Coda: Apunte de teoría democrática. Lo ideal es que los políticos marquen los objetivos que quieren conseguir en cada apartado que para eso les han votado los ciudadanos y los técnicos hemos de aportar programas y actuaciones que den cumplimiento a esos objetivos. Que yo sepa, cuando el Director General de Investigaciones científicas tiene como objetivo profundizar sobre la investigación sobre el cáncer de mama no se va él al laboratorio a trabajar sino que para eso hay científicos que se ponen manos a la obra y le dicen diversas maneras de hacerlo. Pues esto es lo mismo.
Juan F. Berenguer Martínez.
01 octubre 2009
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1 comentario:
Es muy difícil planificar los procesos en la mayoría de concejalías, los concejales no miran más allá de sus legislaturas y sobre todo quieren actuaciones muy concretas, donde vaya mucha gente y, si es posible, haya muchos periodistas. No lo critico, si hacen cosas que salgan pero, además, podrían darse cuenta que ninguna de esas actividades que a los periodistas le gustan tanto no valen absolutamente para nada en lo que a juventud se refiere. Ojalá pudiéramos trabajar así.
Saludos.
José Andrés.
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