"Pero a pesar de todos los problemas puede ser muy buena época para profundizar en los procesos de participación ..."
El año no se presenta muy boyante en lo que se refiere a las partidas económicas destinadas a juventud por parte de las distintas administraciones públicas. Podemos cabrearnos más o menos pero ese es el hecho con el que vamos a tener que capear hasta que salgamos de este atolladero. No hay dinero para actividades y actuaciones de los programas de la administración, tampoco para pagar a proveedores y empresas con las que trabajamos habitualmente y no sería raro que alguna de ellas dejara de trabajar con nosotros, hecho que es comprensible.
Y ahí estamos nosotros, técnicos de juventud que tendremos que hacer lo mismo o más pero con menos. Comencemos a sacar nuestros trucos de magia, nuestras lágrimas para pedir favores y la comprensión de aquellos que van a cobrar….un día de estos.
Pero a pesar de todos los problemas puede ser muy buena época para profundizar en los procesos de participación. Además de ser una razón de primer orden para nuestra labor en juventud, la mayoría de veces no cuesta un duro.
Es un buen momento para retomar la palabra con toda la gente que tiene relación con las concejalías de juventud: jóvenes, asociaciones, colectivos, personas-recurso, artistas, músicos, etc… y ver cuáles son sus problemas y demandas, establecer canales de comunicación estables con todos ellos que nos permitan observar cuál es su situación y cómo les afecta el momento. También de retomar viejos proyectos olvidados, quitarles el polvo y ponernos a darles forma y adaptarlos a la realidad de hoy.
En este sentido, una premisa básica de trabajo será la colaboración institucional. No es momento de buscar protagonismos solitarios sino de establecer lazos entre distintas instituciones y entidades que permitan ahorrar costes y que podamos seguir actuando como hasta hora.
Quizás también merezca la pena revisar en qué nos gastamos los cuartos y la efectividad que tiene lo gastado con su rentabilidad social. Ahora es el momento de revisar las programaciones en nuestro ámbito y de ahorrarnos todo aquello superfluo y sin ninguna trascendencia.
Algún día nos daremos cuenta que los programas estables tienen más incidencia que toda una batería de actividades destinadas al público en general y que no tienen ninguna garantía de éxito y que, además, al final salen más rentables económicamente.
Es momento también de rescates. Volver a llamar a la gente que un día se desengañó de esto de “los jóvenes”, a asociaciones con las que dejamos de relacionarnos, a nuestros contactos de antaño con los que hace tiempo no hablamos, a volver a participar en encuentros y jornadas y aprovechar cualquier tipo de ayuda que desde diversos puntos nos ofrecen ( la OPJ ya se ha puesto a vuestra disposición y lo seguiremos haciendo como parte de nuestro trabajo), poder reunirnos con los políticos encargados de gestionar las políticas de juventud y hacerles llegar reflexiones que hasta ahora no habíamos hecho.
En fin, un mal momento que deberemos transformarlo en bueno, entre otras cosas, porque no tenemos más remedio.
05 enero 2010
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3 comentarios:
Siempre tenemos que pagar los mismos, nos esforzamos en sacar cosas adelante pero a nuestro alrededor vemos que se siguen gastando el presupuesto en otras cosas de, al menos, dudosa rentabilidad social de la que hablas. Quizá no estamos acostumbrados a que nuestro trabajo sea también salir a la calle y buscar a la gente en vez de esperarla calentitos en nuestra oficina. De todo un poco. Nosotros sí hacemos ese análisis, haría falta que también lo hicieran otros.
Saludos y gracias por el blog.
Pedro J.
Tienes razón Pedro J., pero nosotros como técnicos no podemos pararnos en ver lo que otros hacen mal y refugiarnos en eso para no mover un dedo, tenemos que tirar hacia adelante. Primero porque es nuestro trabajo y segundo porque si no nos creemos lo que estamos haciendo ¿qué hacemos aquí? Esto de la animación tiene algo de vocacional (en mi forma de ver, mucho)y si esperamos un curro de hacer lo que me manden y a correr, pues efectivamente somos parte del problema.
Gracias a tí por seguir este blog
De lo que supone aportar imaginación para llevar a cabo los programas con el menor coste posible, tiene mucho que aprender la Administración de las pequeñas entidades, especialmente las juveniles. Estas están acostumbradas a optar como principal fuente de recursos a las ayudas y subvenciones que tradicionalmente menos dotadas económicamente están. Y además, "competir" en el reparto de las mismas con grandes entidades que llevan a cabo sus programas para jóvenes. Consecuencia "imaginación al poder". No está mal que se produzca esta retroalimentación entidades juveniles/Administración. Aunque a esta última siempre se le debe exigir que sus actuaciones además de imaginación tengan responsabilidad, de este modo, no es tan válida la precariedad con la que muchas organizaciones llevan a cabo sus actuaciones, por falta de medios.
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